La decisión de los magistrados del Tribunal Judicial Supremo de Australia fue unánime sobre la base de que "existe una posibilidad razonable de que el delito no se haya cometido".
En marzo de 2019, Pell fue condenado a prisión tras ser declarado culpable de cinco delitos de pederastia cometidos presuntamente contra dos menores del coro de la Catedral de San Patricio en Melbourne; en ese momento, Pell se desempeñaba como encargado de finanzas de la Santa Sede y de la reforma económica del Vaticano. Hasta el momento se desconce si volverá a colaborar en el equipo inmediato del papa Francisco.
El cardenal Pell, tras la decisión del Tribunal Supremo, reiteró que había "sostenido sistemáticamente" su inocencia y que la injusticia que había recibido ya estaba curada. Dirigiéndose a la persona que lo acusó de algo que sucedió en los 90, en ese momento un monaguillo de la catedral de Melbourne, el cardenal dijo que no tenía ningún resentimiento. Así que esperaba que su absolución no añadiera más dolor. La base para la curación a largo plazo, dijo, es la verdad y la única base para la justicia es la verdad, porque la justicia significa la verdad para todos.
El cardenal agradeció a sus abogados y a todos los que rezaron por él y lo ayudaron y consolaron en este difícil momento.
En nombre de la Conferencia Episcopal Australiana, su Presidente, el arzobispo Mark Coleridge, reconoció que la decisión del Tribunal Supremo será bien recibida por quienes creen en la inocencia del cardenal, mientras que será devastadora para otros. Por consiguiente, reiteró el compromiso inquebrantable de la Iglesia con la seguridad de los niños y con una respuesta eficaz a los sobrevivientes y las víctimas de abuso sexual infantil.
En todo este asunto, la Santa Sede siempre ha tomado nota de las decisiones de los jueces australianos, reafirmando el máximo respeto por las autoridades judiciales en sus diversos grados, pero esperando cualquier otra novedad en los procedimientos. También ha recordado en diversas declaraciones que el Cardenal siempre ha mantenido su inocencia y su derecho a defenderse hasta el último nivel de la justicia, ha confirmado constantemente su cercanía a las víctimas de abusos sexuales y su compromiso, a través de las autoridades eclesiásticas competentes, de perseguir a los miembros del clero responsables. (Con información Vatican News/El País)