Ciudad del Vaticano.- El prefecto de la Congregación para el Culto Divino, cardenal Robert Sarah, ha afirmado en una entrevista otorgada al periódico Il Corriere della Sera que aquel católico que obre contra el sumo pontífice “está ipso facto fuera de la Iglesia”. La declaración sucede en el marco del Sínodo Amazónico que se realiza en el Vaticano y que ha despertado inquietudes y hasta severas críticas por parte de algunos obispos sobre el juicio del papa Francisco.
“Cada Papa es el correcto para su tiempo, porque la Providencia nos conoce muy bien”, les ha recordado a los críticos de Jorge Bergoglio el cardenal que conduce la oficina que sentencia la ortodoxia de las celebraciones de la fe católica.
Sarah otorgó la entrevista al diario italiano para ahondar en su libro ‘Es de noche y el día está casi terminado’ que acaba de publicar y en el cual, según sus propias palabras, refleja su “llanto de pastor a partir de un análisis de los tiempos que vive la Iglesia”.
“Ya no podía permanecer en silencio; este libro es el resultado de una reflexión sobre algo que, para mí, se ha desarrollado desde hace mucho tiempo”, explicó.
El cardenal Robert Sarah confiesa en su libro que es testigo de una “apostasía silenciosa” y una “noche oscura” que proviene de la propia Iglesia católica, de sus sacerdotes, obispos y hasta cardenales que no soportan la verdad de Cristo.
A pesar de mostrar fidelidad al sucesor de Pedro, el cardenal Sarah también fue crítico con el Sínodo Amazónico. Alertó que ciertos planteamientos ideológicos occidentales han intentado secuestrar la asamblea de obispos. En lo particular señaló como “manipulación indigna, engaño deshonesto e insulto a Dios” que las presiones ideológicas hayan introducido los temas de ordenación presbiteral a hombres casados, la creación de ministerios para mujeres o jurisdicción administrativa o pastoral a los laicos.
Sarah calificó como “teológicamente absurda” la sola idea de que hombres católicos casados lleguen a establecerse como sacerdotes en algunas regiones del Amazonas; en contraste, durante las sesiones del sínodo el obispo emérito brasileño, Erwin Kräuter, planteó la necesidad de ordenar hombres casados para comunidades indígenas del Amazonas donde la figura del varón célibe es incomprensible.