Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.- Obispos de las diócesis fronterizas de México y Guatemala, así como agentes de pastoral de movilidad humana y migración en la región, denunciaron las injusticias y violencias a las que se enfrentan migrantes y refugiados.
Tras una reunión esta semana en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, analizaron el contexto migratorio regional y expresaron su preocupación por las condiciones de violencia, desamparo y muerte que enfrentan miles de migrantes y refugiadas en su tránsito por la región.
Durante el encuentro, los líderes eclesiales advirtieron que persiste un corredor de alto riesgo para quienes huyen de la marginación y la violencia, y que en su lucha por una vida más digna enfrentan un entorno marcado por la desolación, el rechazo, el racismo, la extorsión, la explotación, las desapariciones forzadas y, en muchos casos, la muerte.
Por ello, afirmaron que esta realidad interpela directamente a la conciencia moral de la región y exige una respuesta urgente.
Recordaron con dolor el accidente ocurrido el 9 de diciembre de 2021, cuando un tráiler que transportaba clandestinamente a más de 160 migrantes volcó en la carretera Chiapa de Corzo-Tuxtla Gutiérrez, cobrando la vida de 57 personas, en su mayoría guatemaltecos.
Señalaron que la impunidad y corrupción en torno a este hecho reflejan un sistema que ha dejado de valorar la vida humana y que sigue permitiendo tragedias similares sin consecuencias reales.
Los obispos denunciaron también las políticas migratorias de los gobiernos del norte, a las que calificaron de xenófobas y criminalizadoras. Según su análisis, estas medidas colocan en mayor riesgo a quienes buscan refugio o mejores condiciones de vida y profundizan la crisis de pueblos despojados por el crimen organizado y las dinámicas de control fronterizo.
Manifestaron su indignación por la reciente aprobación en el Senado de Estados Unidos de un impuesto del 3.5% a las remesas, calificándolo como una medida abusiva que afecta directamente a las familias más vulnerables.
Finalmente, exigieron leyes y políticas migratorias con enfoque humano, que respeten la dignidad de toda persona sin importar su lugar de origen.