Washington, EU.- Un retrato detallado del estado del sacerdocio católico en Estados Unidos revela una paradoja: los curas florecen a nivel personal, pero se ahogan en el desánimo comunitario. La segunda ola del Estudio Nacional de Sacerdotes Católicos, realizada por The Catholic Project de la Universidad Católica Americana, expone una crisis de confianza en el liderazgo episcopal y un agotamiento pronunciado entre los clérigos más jóvenes.
Los sacerdotes mantienen un alto bienestar personal, con una puntuación de 8.2 sobre 10, idéntica a la de 2022. Sin embargo, esta satisfacción individual choca con una evaluación mucho más baja de la salud de sus diócesis y órdenes religiosas. Un sacerdote lo resumió así: "Lo que más me desalienta es la falta de nuevos sacerdotes en nuestra diócesis, lo que resulta en una carga de trabajo mayor a medida que envejecemos".
La Carga de la Nueva Generación
El estudio detecta una brecha generacional profunda. Casi la mitad (45%) de los sacerdotes ordenados después del año 2000 afirma que se les exige "hacer demasiadas cosas que van más allá de [su] vocación", una cifra que se reduce al 13% entre los ordenados antes de 1980.
Este agotamiento se manifiesta con claridad: el 7% de los sacerdotes diocesanos muestra "alto agotamiento", frente a solo un 2% de los religiosos. Un párroco ejemplificó su carga: "Tengo cuatro iglesias y responsabilidad en varios comités diocesanos… Mi semana promedio es de 60-70 horas de trabajo real".
El agotamiento viene acompañado de una soledad que afecta con más fuerza a los jóvenes. El 40% de los ordenados después de 2000 se identifican como "solos", según la Escala de Soledad de UCLA. "La soledad es como un cáncer que está matando el espíritu que una vez tuve", confesó uno de los encuestados.
Confianza en los Obispos: Una Mejora Frágil
La confianza en el liderazgo episcopal, aunque en lenta recuperación, sigue siendo baja. Un 52% de los sacerdotes diocesanos confía en su propio obispo (frente al 49% en 2022), y solo un 27% confía en el conjunto de los obispos estadounidenses.
El dato crucial es que la confianza no depende principalmente de la alineación política o teológica, sino de la percepción de cuidado personal. El 72% de los sacerdotes que cree que su obispo se preocupa por ellos expresa confianza en su liderazgo. Sin embargo, como matizó un cura, "intelectualmente [el obispo] se preocupa, pero no tiene experiencia práctica en una parroquia".
Existe un consenso abrumador en las prioridades pastorales: el 94% de los sacerdotes señala el ministerio juvenil, la formación familiar y la evangelización como áreas clave. No obstante, se observa una gran división en temas como el cambio climático o la comunidad LGBTQ, que son prioritarios para los sacerdotes de mayor edad pero menos para los jóvenes.
Respecto al Sínodo sobre la Sinodalidad, la recepción fue tibia. Un 37% lo consideró "una pérdida de tiempo". Sin embargo, en la práctica, los sacerdotes son notablemente sinodales: el 85% cuenta con un consejo pastoral con un rol decisivo y el 65% ha cambiado una práctica parroquial por la opinión de los laicos. "La parroquia que sirvo ya está impregnada de la participación de los laicos en todos los niveles", explicó un sacerdote.
El estudio concluye que, mientras los sacerdotes estadounidenses son teológicamente más conservadores en las generaciones jóvenes, su enfoque pastoral es expansivo. Reconocen la necesidad de formación continua, con un 61% interesado en profundizar su vida espiritual. El viaje continúa, y con él, la necesidad del apoyo y la oración de los fieles.

