Autlán de Navarro, Jalisco.- En punto del mediodía, el sacerdote mexicano de origen autlense, Javier Herrera Corona, recibió la consagración episcopal para emprender una nueva misión en África luego de que el papa Francisco le designara su Nuncio Apostólico para Gabón y el Congo; la ceremonia fue presidida por el cardenal Secretario de Estado de la Santa Sede, Pietro Parolin, 'número dos' en la Iglesia católica después del Papa.
El cardenal Parolin indicó al nuevo representante del Papa que la misión de un Nuncio es "dar a conocer las directices del magisterio de la Iglesia" respecto a la defensa de la vida humana, la preocupación por el deterioro del planeta y ser un 'puente' para favorecer el entendimiento y la paz entre las naciones.
La ceremonia se realizó en el Seminario Diocesano de Autlán; el obispo local, Rafael Sandoval, recibió al arzobispo y nuncio electo, Javier Herrera; al cardenal arzobispo de Guadalajara, Francisco Robles; al cardenal Pietro Parolin; al nuncio apostólico en Costa Rica, Bruno Musaró; y a una decena de obispos mexicanos: "Gracias por salir hasta este humilde lugar; para ordenar a nuestro hermano originario de estas tierras". Sandoval no dejó de señalar las dificultades que vive el país y la región de Jalisco derivadas por la violencia, la pobreza y la depredación del medio ambiente.
Durante la ceremonia, el cardenal Parolin pidió que se diera lectura de las letras pontificias con la que Javier Herrera, hasta ahora consejero de nunciatura, es nombrado nuncio apostólico en la República del Congo y El Cabón así como arzobispo titular de Vulturara; se verificó que Herrera hiciera su profesión de fe y juramento de fidelidad al Papa y a sus sucesores. Herrera mostró la bula pontificia a los cardenales, obispos, sacerdotes y al pueblo reuinido en la asamblea.
Antes de recibir los signos y elementos de la consagración episcopal, el cardenal Pietro Parolin presidió la reflexión homilética con ocasión del nombramiento del nuevo arzobispo y nuncio. Advirtió al arzobispo Herrera que la Palabra de Dios habla "de la desproporción de la tarea a la que es llamado el elegido":
"No seríamos capaces de esta tarea si el Señor no nos diera su Gracia, su Espíritu. Sin Espíritu, todo esto no tiene sentido", sentenció.
El cardenal Parolin explicó que un Nuncio Apostólico "es un creador de puentes, un pontífice de forma particular". Dijo que cada sacerdote es un puente del ser humano con Dios, "puente entre lo humano y lo divino: cada sacerdote habla a Dios del hombre y al hombre de Dios... por tanto, si cada sacerdote es un pontífice, el Nuncio es el puente del Papa y los Estados y los Organismos Internacionales, un puente entre la Iglesia Universal y cada Iglesia particular".
Además, Parolin explicó que la principal responsabilidad y función de un Nuncio es "dar a conocer las principales directrices del magisterio de la Iglesia y de los papas... especialmente acerca de la defensa de la vida humana en cada una de sus etapas, desde la concepción hasta la muerte natural".
"También -agregó- mostrará la preocupación del Papa por el deterioro del planeta, por las condiciones ambientales y climáticas, que son fuente de desequilibrio y riesgo para la humanidad". Finalmente, insistió el Cardenal Secretario que el Nuncio debe actuar "para favorecer el entendimiento y la paz dentro de las naciones frente al problema de la violencia... Paz y entendimiento que están siempre en peligro", lamentó.
Al final de la ceremonia, el presidente municipal de Autlán de Navarro hizo entrega de un obsequio en nombre del pueblo jaliciense al cardenal Parolin: una cruz artesanal de plata y el reconocimiento como 'Huésped Distinguido' en la ciudad.
Por su parte, el nuevo arzobispo Javier Herrera, Nuncio en Gabón y el Congo, agradeció a todos por su presencia y en particular al pueblo de Autlán, a los laicos, empresarios y autoridades por las facilidades para esta ceremonia: "Estén seguros de que estarán siempre en mis oraciones", afirmó con un quiebre en la voz.