Zacatecas, Zacatecas.- Luego de que el legislativo estatal propusiera una modificación a la ley que supondría la imposibilidad de que el personal médico ejerza su libertad de objeción de conciencia para realizar abortos procurados, el obispo diocesano, Sigifredo Noriega Barceló, se pronunció contra la iniciativa y la calicidó como "deshumanizante" y contraria a los derechos humanos fundamentales.
Durante la homilía dominical, el obispo criticó la iniciativa de reforma a la ley estatal de salud, complementaria a la despenalización del aborto, y llamó a la reflexión sobre sus implicaciones: "Ojalá abramos los ojos", reclamó.
El obispo aseguró que la modificación que pretenden los diputados eliminará el derecho a la objeción de conciencia para los profesionales médicos: "Eso sería lo más inhumano, obligar a los médicos a practicar abortos en contra de su conciencia, de su principios éticos y religiosos", criticó.
Al respecto, la diputada local, Renata Ávila Valadez, negó que la reforma a la Ley de Salud que se votará esta semana pretenda obligar a los médicos a practicar abortos sin respetar la objeción de conciencia. Pero después clarificó que la reforma "protege el derecho a objetar por motivos de conciencia" aunque dicho derecho no puede ejercerse.
La legisladora aseguró que la ley que favorece la terminación de la vida humana en gestación en el vientre de sus madres: "no es un ataque a la fe: es un acto de justicia".
Ante los fieles católicos, Noriega Barceló enfatizó la importancia de la responsabilidad individual y colectiva en la construcción del tejido social. Y ejemplificó sobre cómo los actos y omisiones de cada persona pueden influir en la sociedad. Por eso, llamó a la comunidad a asumir su papel en la transformación de la realidad:
"Dios no quiere la muerte del pecador, quiere que viva. Dios no quiere la violencia, ningún tipo de violencia", expresó, aludiendo a la necesidad de tomar decisiones basadas en el amor y el respeto por la dignidad humana.
Finalmente, el obispo dijo que la objeción de conciencia es un derecho fundamental humano que debe ser respetado en cualquier legislación, "nadie puede obligar a nadie a actuar contra su conciencia o a hacer el mal" puesto que "ir en contra de este principio sería un atentado contra la esencia misma del ser humano".