Monterrey, Nuevo León.- La espera por un plato de comida terminó en un crimen mortal este miércoles frente a las puertas de la iglesia Santa María Goretti, en la colonia Industrial. Un indigente perdió la vida tras ser baleado durante una discusión entre hombres en situación de calle que aguardaban para acceder al comedor comunitario del templo.
Los hechos ocurrieron al caer la tarde, pasaban las seis y media. Según testigos, lo que comenzó como un acalorado intercambio verbal entre varios de los hombres que esperaban frente a la iglesia rápidamente escaló a la agresión física. Las palabras dieron paso a empujones y, en un giro trágico, uno de los involucrados sacó un arma de fuego. Sin mediar más palabras, disparó contra otro hombre en al menos cuatro ocasiones.
El agresor huyó del lugar inmediatamente después del ataque, sin que nadie pudiera o quisiera detenerlo. La rapidez de su huida dejó a la víctima tendida en el suelo mientras se solicitaba ayuda urgente.
Al llamado acudieron paramédicos de la Cruz Roja, junto con elementos de la Policía de Monterrey y la Guardia Nacional. Los esfuerzos por salvar la vida del hombre fueron en vano. Los paramédicos confirmaron su fallecimiento en el lugar. La víctima presentaba dos heridas de bala, una de ellas localizada de gravedad en el abdomen.
La escena, marcada por el contraste entre la promesa de caridad del comedor y la brutalidad del crimen, se convirtió rápidamente en un perímetro de investigación. Agentes ministeriales y peritos de la Fiscalía de Justicia acudieron al sitio. Establecieron un cerco y comenzaron la recolección de evidencias, enfocándose en obtener detalles sobre las características del homicida que logró escapar. Las personas en vulnerabilidad e indigencia, sin embargo, sólo esperaban por un plato de comida caliente.
Mientras los peritos trabajaban, elementos policiacos montaron un operativo en las inmediaciones de la colonia Industrial, rastreando calles y posibles refugios en busca del responsable. Hasta el momento, las autoridades no han reportado ninguna detención relacionada con el homicidio.
Los vecinos aledaños al templo han solicitado a la Iglesia católica el cierre del comedor que asiste a migrantes y a personas sin hogar; consideran que la instrucción cristiana de auxiliar al prójimo provoca un "foco de delincuencia" e incluso han bloqueado la avenida de la colonia Industrial Bella Vista para presionar a las autoridades porque no quieren tener de cerca a las personas que acuden "al comedor de los pobres, vagabundos y drogadictos". El párroco, sin embargo, ha mantenido la iglesia abierta a todas las personas, especialmente a las que más lo necesitan.
El silencio que ahora cubre la entrada del comedor de la iglesia Santa María Goretti es un mudo testigo de la violencia que estalló entre quienes buscaban refugio en un gesto de apoyo. La búsqueda del homicida continúa, mientras la comunidad que frecuenta el lugar queda marcada por un insultante crimen, por que un ser humano fue asesinado mientras, como ellos, esperaba un mendrugo de pan y sopa en una de las ciudades con mayor ingreso por persona en el país, una muerte absurda ocurrida en el mismo umbral donde se ofrece el auxilio para vivir.