Aguascalientes, Ags.- Juan Espinoza Jiménez, obispo de Aguascalientes, declaró que la ciudad enfrenta un cambio en su identidad debido a “infiltraciones” de tendencias externas.
En una homilía en la que destacó el carácter bondadoso de los oriundos y las familias de la región, el pastor puso alerta sobre personajes externos a la sociedad local cuya intención es desestabilizar la identidad y el carácter propio del pueblo hidrocálido. El obispo realizó estas afirmaciones en el contexto de los festejos del 450 aniversario de la fundación de la ciudad.
“Esta ciudad nació siendo cristiana y fue edificada por la fe de gente muy creyente”, expresó Espinoza Jiménez. Señaló que hoy se ve “una ciudad hermosa, educada, limpia, donde hay orden, pero en los últimos años ha habido infiltraciones, tendencias que han deformando ciertos aspectos de la vida de la ciudad”.
En su mensaje de explicación del Evangelio dominical, el obispo refirió e ironizó sobre una queja reciente sobre el sonido de las campanas de la iglesia con el ruido de los festejos civiles.
“Hace poquito alguien demandó al padre del Encino porque el sonado de las campanas molestaba el oído de alguien”, recordó. “Pero ahorita el sonido retumba y lástima los oídos”, añadió en referencia al alboroto proveniente de la plaza por los eventos del aniversario.
Espinoza Jiménez también se refirió a un deterioro en la seguridad ciudadana: “Hace tres años salíamos a la calle con mucha confianza, pero ahora no, hay inseguridad y de unos meses a la fecha sí da miedo salir en ciertos momentos”.
Hizo un llamado a no permitir que se pierda el rostro de “ciudad acogedora, ciudad creyente”.
En su alocución, el obispo invitó a los fieles a ser “misioneros de esperanza”. Afirmó que “más que nunca el mundo necesita testigos, no expertos en el Evangelio”. Recomendó acciones concretas como “educar en la fe, cuando acompañamos a un enfermo, no respondemos al odio, sino con comprensión”.
Finalmente, el jerarca católico dirigió un mensaje a los empresarios locales. Les recomendó “que sean buenos empleadores y paguen lo justo a sus trabajadores para que puedan salir adelante”. Su homilía enfatizó la necesidad de preservar los valores tradicionales ante los cambios que percibe en la sociedad local.