Ciudad de México.- En defensa de su administración y gobierno, el presidente de México ha desacreditado las recientes denuncias vertidas por varios pastores de la Iglesia católica sobre situaciones de retenes, extorsiones y control territorial por parte del crimen organizado; además de acusarlos de 'hipocresía', el mandatario ha cuestionado a los líderes religiosos por su falta de acción y denuncias durante del sexenio de Felipe Calderón Hinojosa entre 2006 y 2012.
En la última semana, tanto la Compañía de Jesús como diversos los obispos diocesanos de México, organismos católicos y hasta el propio papa Francisco han declarado su preocupación por el clima de violencia en el país; han criticado los alcances de la estrategia de seguridad implementada por el gobierno de López Obrador y han suplicado al primer mandatario revise el modelo de seguridad pues los efectos de la operación del crimen organizado y el narcotráfico siguen siendo funestos para la población mexicana.
ASÍ LO DIJO: Retenes del crimen en México 'pan de cada día': cardenal Robles
Por segunda ocasión, desde su conferencia diaria, el presidente de la República respondió a las preocupaciones de los clérigos con una crítica a los líderes religiosos: "¿Qué quieren los sacerdotes? ¿Que resolvamos los problemas con violencia? ¿Vamos a apostar a la guerra? ¿Por qué no actuaron con Calderón de esa manera? ¿Por qué callaron cuando se ordenaron las masacres, cuando se puso en práctica el 'mátalos en caliente'? ¿Por qué esa hipocresía? Eso no se debe permitir a nadie y mucho menos a un religioso, sea pastor de una Iglesia evangélica, o sea sacerdote", cuestionó.
La tensión entre la Iglesia católica y la administración federal resurgió tras el asesinato de dos sacerdotes jesuitas en la sierra tarahumara el 20 de junio pasado aunque en este sexenio suman siete clérigos ultimados, varios de ellos en zonas donde opera el crimen organizado en plena luz del día.
El provincial de la Compañía de Jesús en México, Luis Gerardo Moro Madrid, ha cuestionado con dureza las palabras del presidente López sobre 'abrazos, no balazos' para atender el tema de la seguridad en el país; los obispos de México firmaron una declaración conjunta donde piden un cambio de estrategia y que el mandatario deje de culpar al pasado de las responsabilidades actuales en materia de seguridad. Finalmente, los cardenales Robles y Arizmendi han denunciado graves síntomas de descomposición social y presencia impune de criminales en carreteras y pueblos del país.