México.- Un mes dedicado a orar y centrar las actividades de la Iglesia católica en México hacia la paz. Este domingo dio inicio con una Jornada Nacional de Oración, la convocatoria de diferentes organizaciones católicas para rezar por las víctimas, sus familias, las autoridades y hasta por la conversión de los victimarios.
En días pasados, los obispos de México, junto a la Compañía de Jesús y la Conferencia de Superiores de Religiosos y Religiosas del país emitieron un posicionamiento conjunto frente a la violencia en la República y convocaron a una Joranda de Oración con cuatro iniciativas concretas para abogar por la paz.
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La primera actividad fue la Jornada de Oración por la Paz; todos los templos católicos y los centros de formación religiosa dedicaron el domingo para orar la paz; se emitió un subsidio litúrgico para destacar en las misas dominicales la especial búsqueda de bien común, justicia, pacificación, reconciliación y fraternidad en México.
En las celebraciones, los liderazgos católicos pidieron diálogo transversal con todas las autoridades y sectores sociales para construir la paz; se pidió por los gobernantes para que no sólo tomen decisiones correctas para enfrentar el flagelo de la violencia sino que se comprometan en la atención de quienes sufren los estragos del crimen.
En las misas se pidió además por las víctimas y sus familias, para que encuentren paz y consuelo; en general por la sociedad mexicana que ha padecido desde 2006 los efectos derivados de una descontrolada estrategia de militarización y combate a ras de suelo.
En la oración de los fieles por las autoridades civiles, los católicos elevaron preces "para que verdaderamente se busquen estrategias que nos ayuden a vivir en un auténtico ambiente de paz".
Catedrales, basílicas y templos parroquiales también colocaron fotografías de sacerdotes católicos víctimas de la violencia en el país, desaparecidos y otras víctimas cuyos casos no han encontrado justicia debido al alto índice de impunidad en México.
"Por los sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos que han sido asesinados en los últimos años de forma violenta en nuestro país, para que Cristo Resucitado los reciba en su reino y les conceda la paz eterna", clamaron los fieles en la Jornada de Oración.
Desde el inicio de la estrategia de combate al crimen organizado en el sexenio de Felipe Calderón, los asesinatos de ministros de culto, religiosos y agentes de pastoral laicos se disparó exponencialmente. En el sexenio previo de Vicente Fox se contabilizaron las muertes de 5 sacerdotes y 1 diácono; pero con el sexenio de Calderón la fúnebre cifra pasó a 17 sacerdotes aseisnados, 2 seminariastas y tres agentes laicos; el sexenio de Enrique Peña Nieto rompió la barrera de los 26 sacerdotes ultimados y 1 agente de pastoral.
En el actual sexenio de López Obrador han sido asesinados 7 sacerdotes y por lo menos dos laicos agentes de pastoral (catequistas, líderes comunitarios)
En la Catedral de Morelos, el obispo Ramón Castro (también secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano) expresó: "Los pastores decimos: Ya basta. Vamos buscando alguna estrategia de seguridad más efectiva, es tiempo de escucharnos, es tiempo de que todos busquemos la paz que tanto anhelamos, y por esta jornada en todo México, para no ser aquellos personajes que dan la vuelta y se van. Atendamos al México herido, atendamos con el aceite de nuestra esperanza y fe".
Castro también afirmó que los católicos "soñamos con un México en paz... no declaramos la guerra a nadie, no queremos conflictos más de los que ya hay. Estamos suplicando un diálogo para la construcción de una verdadera paz".
Desde Monterrey, el arzobispo Rogelio Cabrera (presidente de la CEM) insistió en que le corresponde a las autoridades civiles contener la violencia y trabajar por un ambiente favorable para que la sociedad conviva en paz y serenidad:
"¡Cuánto sufrimiento tienen muchas familias de nuestra nación a causa de la violencia; tienen que escapar, que huir; muchos otros han perdido y no saben dónde está su familia; también muchos otros han perdido la vida", dijo.
Por su parte, el cardenal arzobispo de Guadalajara, Francisco Robles, no dejó de señalar que la responsabilidad central es de las autoridades y les urgió a no distraerse en cuestiones electorales o políticas cuando estén en funciones de gobierno: "Muchas veces quienes tienen este encargo por ley, por el voto favorable de la ciudadanía... están más ocupados en cuidar su postura política, su puesto; cuidar y asegurar su futuro en lugar de cuidar de la ciudadanía, están más ocupados de cuidar sus intereses económicos", criticó.
Por su parte, la Compañía de Jesús (que en fechas recientes perdió a dos de sus sacerdotes en los tráficos crímenes de junio en Cerocahui, Chihuahua) convocó a una movilización interreligiosa en la Estela de Luz de la Ciudad de México para hacer oración ante los nombres de las víctimas de desarparición en México.
El sacerdote Jorge Atilano González Candia condenó los asesinatos de los ministros de culto e invitó a los presentes a vivir la reconciliación mientras se ofrendaron fotogradías, veladoras y flores ante las fotografías de víctimas de la violencia:
"Estamos unidos por el deseo de justicia, reconciliación y paz que surge de lo profundo del corazón ante la sangre que día con día se derrama en el país. Desde aquí nos unimos a la oración que en muchos lugares se realiza en iglesias y plazas".
La mayoría de obispos católicos presidieron en sus catedrales las misas por la paz en la Jornada de Oración Nacional: Zacatecas, La Paz, Tuxtla Gutiérrez, Tampico... en general todos pidieron por el fin de la confrontación, incluso algunos aseguraron que tanto el presidente López Obrador como los gobernadores de cada entidad de la República cuentan con la Iglesia católica para cooperar en la construcción de paz en México.
El resto del mes de julio se promoverán algunas actividades de concientización sobre los efectos de la violencia, modelos de cooperación comunitaria para la resolución de conflicto, reforzamiento a los centros de escucha para víctimas de la violencia y los centros de atención a personas vulnerables (migrantes, desplazados, enfermos); también se trabajará por un diálogo con diferentes sectores sociales en México y este esfuerzo terminará en una primera etapa el próximo 31 de julio cuando la Joranda de Oración se enfoque en criminales y victimarios, para que abandonen la cultura de la muerte y se pida su conversión para pacificar sus vidas y a la nación entera.