Ciudad del Vaticano.- Finalmente el papa emérito Benedicto XVI ha reconocido que, durante su ministerio como arzobispo de Münich-Freising, pudo haber errores que afectaran a personas y por ello, pidió perdón a las víctimas. No obstante, la aclaración al texto de 82 páginas que originalmente había enviado para responder al informe independiente sobre abusos sexuales en la arquidiócresis, Joseph Ratzinger rechaza haber encubierto o protegido a algun sacerdote culpable de dichos delitos.
El informe en cuestión acusó en enero pasado a la Arquidiócesis de Münich, de inacción ante los casos de pederastia y señaló que, el propio Ratzinger no intervino decididamente en algunos casos cuando éste fue arzobispo de la demarcación. El papa emérito presentó una extensa respuesta sobre su gestión como arzobispo y, aunque reconoció una "profunda vergüenza y dolor" también negó haber encubierto los casos de los que se le acusó en el informe.
La respuesta del pontífice, sin embargo, parecía discrepar en algunos detalles. Por ejemplo, Ratzinger aseguró en su informe a la comisión que nunca conoció el caso de un sacerdote abusador que fue alojado en su arquidiócesis pero que, su declaración tenía un "error no intencionado" que después fue aclarado.
"No puedo más que expresar a todas las víctimas de abusos sexuales mi profunda vergüenza, mi profundo dolor y mi sincera petición de perdón" y reconoció que se cometieron 'errores' bajo su liderazgo en la arquidiócesis.
En su más reciente respuesta, Benedicto XVI reconoció el 'gigantesco trabajo' por la comisión de investigación y aclaró que "se produjo un descuido" respecto a la declaración sobre su participación en una reunión en 1980 en la que se habría abordado el caso de un cura pederasta. Es decir, aunque en un principio, Benedicto XVI aseguró que él no asistió a dicho encuentro, después se retractó:
"Este error, que desgraciadamente se ha producido, no ha sido intencionado y espero que sea disculpable", detalló Benedicto XVI, y lamentó que este hecho haya llevado a algunos a tratarle 'como un mentiroso'.
El Papa emérito ha reconocido en esta última carta que su dolor es muy grande ante "los abusos y errores que han ocurrido durante el tiempo de mi mandato en los respectivos lugares".
Esta última misiva de Benedicto XVI está escrita casi enteramente en primera persona"Pronto me enfrentaré al juez definitivo de mi vida. Aunque mirando hacia atrás en mi larga vida puedo tener muchos motivos de temor y miedo, sin embargo, tengo un estado de ánimo alegre porque confío firmemente en que el Señor no sólo es el juez justo, sino también el amigo y hermano que ya ha sufrido él mismo mis carencias y es, por tanto, como juez, al mismo tiempo mi abogado", afirmó.
Sin embargo, también exhortó al resto del clero ha hacer una confesión en el mismo sentido: "Es el momento de la confesión", pidió a los líderes de la jerarquía católica. Y concluyó: "En todos mis encuentros, especialmente durante mis numerosos viajes apostólicos con víctimas de abusos sexuales por parte de sacerdotes, he mirado a los ojos las consecuencias de una culpa muy grande [por ello] he aprendido a comprender que nosotros mismos nos vemos arrastrados a esta gran culpa cuando la descuidamos o cuando no lo afrontamos con la necesaria decisión y responsabilidad, como ha ocurrido y ocurre con demasiada frecuencia".