Lisboa, Portugal.- La Conferencia Episcopal de Portugal (CEP) expresó su preocupación por la legalización de la eutanasia y el suicidio asistido a través de un decreto de la Asamblea de la República y promulgado por el presidente Marcelo Rebelo de Sousa.
Los pastores advirtieron que con la despenalización de la eutanasia, la vida humana queda desprotegida y sufre un grave atentado a su valor y dignidad.
La CEP señaló que la entrada en vigor de esta ley representa un claro retroceso civilizatorio, pero mantienen la esperanza de que pueda ser derogada y que la vida humana, que es “un don invaluable”, vuelva a ser valorada y defendida en todas sus etapas.
Con la legalización de la eutanasia, explicaron, se rompe el principio fundamental de la inviolabilidad de la vida humana y se abren peligrosas puertas para una ampliación de las situaciones en las que se puede pedir muerte asistida.
En ese sentido, reiteraron una vez más el llamado a las familias y a los profesionales de la salud, a quienes siempre se debe garantizar la objeción de conciencia, para que rechacen de plano las posibilidades que abre la legalización de la eutanasia.
Asimismo, compartieron la tristeza expresada por el papa Francisco tras la confirmación parlamentaria sobre muerte médica asistida.
“Hoy estoy muy triste, porque en el país donde apareció Nuestra Señora se promulgó una ley para matar. Un paso más en la larga lista de países con eutanasia”, aseveró.
Señaló que con la despenalización de la eutanasia la vida humana queda desprotegida y sufre un grave atentado contra su valor y dignidad. La muerte se presenta ahora como una solución al dolor y al sufrimiento, en lugar de promover cuidados paliativos humanizadores hasta el término natural de la vida.