Cracovia, Polonia.- A través de una investigación periodística publicada esta semana en la prensa polaca se reveló la existencia de más de mil casos de abusos sexuales a menores en el seno de la Iglesia de Polonia durante los años del régimen comunista.
El reportaje del diario polaco Rzeczpospolita, basado en archivos estatales, identifica a 121 personas que perpetraron abusos contra menores; sin embargo, el informativo asegura que aunque los actos criminales "eran a menudo conocidos por las autoridades comunistas", éstas se rehusaron a perseguirlos para evitar un enfrentamientos con la Iglesia local.
Los datos divulgados por el diario incluyen los nombres, apellidos, circunstancias y abusos cometidos por 121 clérigos y seglares vinculados a la Iglesia polaca entre 1944 y 1989, año en que cayó el régimen comunista, y según los autores del reportaje esta lista es solo "la punta de un iceberg".
De los casos, 72 resultaron en condenas contra los culpables; pero también se afirma que en algunas ocasiones las penas fueron suspendidas, no fueron cumplidas o terminaron con una amnistía para el acusado.
El hecho de que casi todos los culpables tuviesen la ocasión de reincidir, en una media de cuatro ocasiones, según el informe, muestra la práctica inmunidad en que se movían los culpables de este tipo de delitos.
Entre los implicados en abusos contra menores se encontraban "organizadores de retiros espirituales, autores y traductores de libros teológicos o de historia de la Iglesia, traductores e investigadores de la Biblia, autores de cancioneros eclesiásticos, constructores de santuarios, guías espirituales de peregrinaciones, activistas sociales, frailes, seminaristas, organistas, eclesiásticos en general...", explica el artículo.
Tradicionalmente, la Iglesia católica polaca ha gozado de un prestigio social heredado de la época comunista, cuando actuó como oposición social y política contra el régimen, una imagen que quedó reforzada con la represión comunista contra algunos clérigos como el sacerdote Jerzy Popiełuszko, que fue torturado y asesinado por los servicios secretos comunistas en 1984 en Okopy.
La llegada del cardenal polaco Karol Wojtyla al solio pontificio como Juan Pablo II en 1978 junto a su activismo políticó en contra del comunismo en su Polonia natal se considera como uno de los factores que contribuyeron a acabar con el régimen comunista polaco y a acelerar la caída de los países socialistas.