Klagenfurt, Austria.- En un gesto sin precedentes, la Diócesis de Gurk-Klagenfurt, en el sur de Austria, anunció el nombramiento de Barbara Velik-Frank como vicaria episcopal para la sinodalidad y desarrollo eclesial, un cargo creado específicamente para mujeres que éntró en vigor el 1 de marzo. La designación, impulsada por el obispo Josef Marketz, desafía interpretaciones tradicionales del derecho canónico, que reserva el título de vicario episcopal —delegado del obispo con facultades sacramentales— exclusivamente para sacerdotes ordenados.
El término 'vicario episcopal' (o Bischofsvikar en alemán) implica, según el Código de Derecho Canónico, que el titular sea un sacerdote, al ejercer poderes delegados vinculados al orden sacramental. Sin embargo, Velik-Frank, quien coordina desde hace tres años el desarrollo eclesial de la diócesis, asumirá el título de Bischöfliche Vikarin, una adaptación femenina que refleja su rol bajo la autoridad directa del obispo Marketz y del vicario general.
La diócesis fundamenta este paso en el documento final del Sínodo sobre la Sinodalidad (2023), citado por el papa Francisco, que insta a promover el liderazgo femenino en la Iglesia. "No existe razón ni impedimento que deba evitar que las mujeres ocupen puestos de responsabilidad", señala el texto, calificando la sinodalidad como "marco interpretativo del ministerio jerárquico".
Este nombramiento se suma a una tendencia en diócesis europeas. En Suiza, Marianne Pohl-Henzen fue designada delegada episcopal en 2020, sucedida este año por Isabella Senghor, de 32 años. Marketz subrayó que la decisión fortalece al laicado, "especialmente a las mujeres, como ha pedido el Papa". Velik-Frank, por su parte, lo calificó como "un honor y una señal de mayor responsabilidad para las mujeres en la Iglesia".
La Diócesis de Gurk-Klagenfurt, que atiende a 338 mil católicos, argumenta que el cargo se enmarca en el llamado del pontífice a una 'Iglesia en salida'. Francisco ha impulsado desde 2013 una serie de nombramientos históricos: en julio de 2022 incluyó a tres mujeres en el Dicasterio para los Obispos, y en enero designó a la hermana Simona Brambilla como prefecta de otro dicasterio. Recientemente, nombró a Raffaella Petrini como presidenta de la Gobernación del Vaticano, el cargo más alto ocupado por una mujer en el Estado pontificio.
Aunque el documento sinodal menciona que "lo que proviene del Espíritu no puede ser detenido", expertos en derecho canónico cuestionan si esta designación requiere ajustes normativos. No obstante, la diócesis insiste en que responde a un "proceso discernido" y alienta a verlo como parte de un camino hacia estructuras más inclusivas.
Este paso, simbólico y concreto, refleja la tensión entre tradición y reforma en una Iglesia que busca adaptarse a los tiempos sin romper con su doctrina. Mientras algunos lo celebran como un avance, otros lo observan con cautela, pendientes de su impacto en el derecho universal de la Iglesia.