Ereván, Armenia.- Las Fuerzas del Servicio de Seguridad Nacional (SSN) y la policía de Armenia ingresaron este viernes a la sede del Patriarcado de Echmiadzín, centro espiritual de la Iglesia Apostólica Armenia, con una orden de detención contra el arzobispo Mikayel Ajapahyan. Las autoridades lo acusan de "incitar a derrocar el orden constitucional".
A primera hora, efectivos militares bloquearon los accesos a Echmiadzín y revisaron vehículos. Al intentar ejecutar la detención, decenas de fieles y clérigos rodearon la catedral. Las campanas sonaron de forma ininterrumpida como señal de alerta.
Un sacerdote declaró: "Que vengan y nos lleven a todos".
El Catholicós de todos los Armenios Karekin II, máxima autoridad eclesiástica, salió al encuentro de los agentes, algunos con rostros cubiertos. Ajapahyan negó las acusaciones y afirmó: "No me he escondido. Me persiguen, iré. La amenaza reside en el gobierno".
La Fiscalía vinculó la orden a declaraciones del arzobispo en febrero de 2023. Su abogado, Ara Zohrabyan, señaló irregularidades en el proceso como la falta de notificación formal previa, no se le avisó para que estuviera presente durante el registro y cateo de las autoridades en la Diócesis de Shirak y fueron incautados documentos y objetos de manera arbitraria y aleatoria por parte de las autoridades.
De hecho, se utilizaron dichos documentos como supuestas pruebas del delito que se le acusa.
Por su parte, el Patriarcado de Echmiadzín emitió un comunicado oficial en el que indicó que el obispo Ajapahyan accedió a comparecer voluntariamente pese a la falta de notificación; lamentaron la ejecución del operativo que calificaron como "invasión sin precedentes" y "ofensa a la fe armenia"; y finalmente hicieron un llamado a los fieles a "no ceder a provocaciones" y actuar siempre a través de los medios legales y cristianos.
El incidente ocurre 48 horas después de la detención del arzobispo Bagrat Galstanyan, líder del movimiento opositor "Lucha Sagrada", acusado de "conspiración terrorista". Además, el primer ministro Nikol Pashinyan amenazó con destituir por la fuerza al Catholicós Karekin II si no renuncia. En ese mismo contexto, la semana pasada fue detenido el empresario Samvel Karapetián, vinculado a sectores religiosos.
Campaña antieclesiástica
A lo largo de este conflicto, la Iglesia armenia ha denunciado públicamente la existencia de una "campaña antieclesiástica" de manos de las autoridades con la intención de vincularla falsamente con un supuesto golpe de Estado en contra del gobierno. No obstante, todos los líderes religiosos armenios han confirmado que su actividad únicamente responde a su misión de asistencia espiritual al pueblo creyente.
En este panorama, la defensora de Derechos Humanos, Anahit Manasyan, manifestó preocupación por el impacto en la libertad religiosa de las presiones militares y legales contra los ministros de culto y los fieles católicos. Algunos sectores políticos del país también han ofrecido su respaldo a los ministros de culto; por ejemplo, los concejales de Gyumri y líderes comunitarios repudiaron los operativos como "actos políticos" que pretenden intimidar a la población y a las instituciones sociales. Y también la Santa Sede de Cilicia, liderada por Aram I, exigió el cese de la "persecución".
Por lo pronto, Ajapahyan fue trasladado al tribunal de Avan. La fiscalía solicitó prisión preventiva. Su defensa alega que el proceso forma parte de una "escalada ilegal" pero, por si fuera poco, ha sido el propio Ministerio de Justicia quien inició acciones legales contra los fieles y ciudadanos que trataron de impedir la detención de su pastor.