Saurimo, Angola.- José Manuel Imbamba, arzobispo de Saurimo y presidente de la Conferencia Episcopal de Angola y Santo Tomé (CEAST), solicitó al gobierno de Angola que estudie la criminalización de las prácticas esotéricas de curanderos, adivinos y hechiceros en el país, así lo expresó durante su visita pastoral a las parroquias de Muconda y Dala.
En contacto con periodistas, el obispo describió que estas prácticas supersticiosas son "factor de división social; porque destruyen a las familias y dividen a las comunidades"; también dijo que son el verdadero obstáculo al desarrollo, pues sus miembros están vinculados con violaciones "indescriptibles" a la dignidad humana, acusó.
Pero además reconoció que la adivinación y la hechicería se trata de fenómenos en expansión pues, aseguró que, durante su visita pastoral, observó presencia de estas prácticas en diversos sectores sociales, incluidos profesionales con formación académica.
"Encontramos personas cuya honra y dignidad fueron destruidas. Por eso hago este llamado a las autoridades y a los juristas de este país para que criminalicen urgentemente a los adivinos en nuestra tierra", afirmó Imbamba.
El obispo expuso que existen abusos documentados por parte de curanderos y adivinos. Citó incidentes en la provincia de Moxico donde el año pasado individuos exigían dinero a ciudadanos alegando "búsqueda de hechicería" en sus hogares sin que la gente supiera que 'cómplices' ya habían sembrado diversos objetos para validar la "adivinación".
Y alertó: "Esos llamados 'doctores' y 'licenciados' que aún se agarran a estas supersticiones no están verdaderamente liberados de la oscuridad de la ignorancia. Permanecen culturalmente esclavizados. No podemos caer en la estafa de pensar que una muñeca o un objeto nos da vida, riqueza o fama. Esa mentalidad anticuada tiene que ser combatida".
Finalmente, el presidente del episcopado angoleño alertó del vacío legal respecto a estas prácticas, criticó la pasividad de autoridades ante violaciones a la propiedad privada y perturbación del orden público bajo justificaciones de "fetichismo". Cuestionó que estas prácticas se amparen en el derecho consuetudinario: "La cultura debe liberar, no oprimir".
El arzobispo formuló exigencias específicas a las instituciones: Una reforma legal para que sean tipificados como delitos las actividades de adivinación; una sólida transformación educativa para sustituir creencias en "muñecas u objetos mágicos" por una "sociedad del conocimiento, ciencia y razón"; y una revisión social de las costumbres que normalizan la atribución de muertes o desgracias a "intervenciones humanas".