Indiana, Estados Unidos.- En el marco del 26° "Diálogo Anual sobre No Violencia, Religión y Paz" del Instituto Kroc de la Universidad de Notre Dame, Emilce Cuda, secretaria de la Comisión Pontificia para América Latina, pronunció un discurso en el que criticó los sistemas socioeconómicos excluyentes y defendió la construcción de organizaciones comunitarias basadas en la solidaridad y la esperanza. Su intervención, inspirada en las enseñanzas del Papa Francisco, subrayó el papel de la diplomacia como herramienta para combatir la violencia estructural.
Cuda, reconocida por su labor en justicia social y democracia, inició su ponencia citando al pontífice: "La vida pende de un hilo", lema de la iniciativa 2025 de la Conferencia Episcopal Latinoamericana (CELAM). "Este sistema mata", afirmó, refiriéndose a modelos diplomáticos y económicos que perpetúan desigualdades. Según la experta, el elitismo y la autosuficiencia de líderes políticos alimentan nacionalismos y aislamiento, marginando a los más vulnerables.
Frente a este panorama, Cuda propuso crear organizaciones comunitarias interdisciplinarias que prioricen el bien común. "La mejor política y la mejor teología son las organizaciones comunitarias", declaró, advirtiendo sobre el riesgo de que la religión ocupe espacios vacíos dejados por malas prácticas políticas. Invitó a personas de todas las creencias a unirse en acciones concretas, destacando que la democracia requiere coordinación, no ideologías divisivas.
La secretaria introdujo el concepto de "amor político", que busca traducir la esperanza en políticas públicas garantes de paz. Alertó sobre los "deus mortalis" (falsos dioses), figuras que construyen sistemas de exclusión, y llamó a combatirlos con realismo y acciones colectivas. "Un verdadero diplomata es un poeta. Hay que soñar para detener la violencia", afirmó, vinculando la esperanza con la capacidad de transformar pasiones en cambios tangibles.
Cerró su intervención instando al público a evitar ser "robots de la esperanza" y asumir un rol activo como "diplomáticos comunitarios del Reino de Dios". "Soñar es esperar, pero también actuar", concluyó, retomando las palabras de Francisco.
El evento, que incluyó un diálogo abierto y un almuerzo, reforzó el compromiso del Instituto Kroc con el debate sobre justicia global y no violencia, consolidando su papel como espacio clave para el pensamiento crítico interreligioso.