Cuernavaca, Morelos.- El obispo de Cuernavaca y presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Ramón Castro Castro, denunció diversas presiones para acallar la voz de la Iglesia Católica durante su homilía dominical: "Muchos quieren que los sacerdotes nos quedemos calladitos", espetó.
Castro Castro criticó la "falsa paz" y la "falsa unidad", conceptos que, a su parecer, solo sirven para "adormecer conciencias". Aseguró que optar por el silencio ante temas como el aborto, la corrupción y la violencia, para evitar conflictos o enemistades, genera división y una paz ilusoria. "Más vale una Iglesia mártir que una que coopera y no dice la verdad", sentenció desde el púlpito.
La 'falsa paz' explicó Castro es vivir en autocensura para evitar los problemas con estructuras de poder y ejemplificó sin mencionar nombres o instituciones que en el estado de Morelos "en algún ámbito de servicio público" hay personas que quieren poner orden y combatir la corrupción, pero que se ven impedidas por inercias y abusos de poder:
"No se imaginan cómo les está yendo a esas personas que quieren corregir... porque está podrido de corrupción. ¡Podrido!", calificó.
Por ello, dijo que "no hay fuego" cuando la Iglesia católica "comparte calladamente el poder que oprime, que aplasta las conciencias".
Castro reafirmó el compromiso institucional de cuestionar la corrupción gubernamental y defender posturas a favor de la vida y la familia. "Si yo hablo en favor de la vida y de la familia, en contra de las ideologías y la corrupción, hablamos de paz", declaró. Contrastó esta postura con la de otras iglesias, como la ortodoxa rusa, que a menudo apoya sin cuestionar a sus gobiernos, una actitud que no considera óptima.
El obispo extendió su reflexión al contexto local. Reveló que detecta esfuerzos por combatir la corrupción en algún ámbito específico del servicio público en Morelos, aunque evitó precisar detalles. Sin embargo, advirtió sobre la difícil situación que enfrentan quienes intentan imponer orden en sectores profundamente afectados: "No imaginamos cómo les está yendo a esas personas que quieren corregir porque está podrido ese ámbito".
Utilizó la analogía de las familias disfuncionales para ilustrar la "falsa paz" que surge cuando se ocultan conflictos internos en lugar de resolverlos. Su homilía enfatizó la urgencia de una unidad auténtica, basada en la verdad y la justicia, sobre la apariencia de concordia.
Las palabras de Castro Castro destacan la tensión permanente entre ciertos sectores políticos y la voz crítica de la Iglesia Católica mexicana en temas sociales fundamentales, reafirmando su intención de no guardar silencio ante lo que percibe como injusticia o corrupción.