Monterrey, Nuevo León.- En medio de un mensaje dirigido para reflexionar sobre el papel de los comunicadores, periodistas y medios informativos, el arzobispo de Monterrey y presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Rogelio Cabrera López, exhortó a la sociedad mexicana a analizar el problema de la proliferación de armas: "Es necesario un acuerdo para que haya control de venta de armas", planteó.
El líder de los obispos mexicanos urgió a la ciudadanía a plantear la necesidad de un mecanismo de control de adquisición de armas de fuego pues, afirmó: "lastiman a la sociedad" como recientemente sucedió en la localidad de Uvalde, Texas, dejando un saldo de 19 niños de entre 8 y 10 años asesinados en su propia escuela primaria.
Cabrera López habló además de los avances del proceso de escucha que la Iglesia católica de Monterrey ha emprendido con diferentes sectores sociales: "En días anteriores tuve la oportunidad de dialogar con los académicos de las diferentes universidades de nuestro estado; con un grupo de empresarios, así como con algunos políticos; esto con el único afán de escucharnos y buscar los mejores caminos para la sociedad y para la Iglesia".
Su mensaje central, sin embargo, se enfocó en la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. Felicitó a los periodistas, comunicadores y hasta influencers por su trabajo; también los animó a que sus proyectos "sean portadores de esperanza, de ánimo y de concordia".
El arzobispo consideró que hay una crisis de comunicación por la falta de escucha entre las personas: "Cada día se hace más urgente el que nos dispongamos a escucharnos de verdad, a escucharnos con el corazón en el seno de nuestras familias, en los entornos de amistades, en los lugares de trabajo y donde quiera que se cruzan la ideas y los sentimientos", consideró.
En ese contexto, hizo el reconocimiento a todos quienes usan los medios de comunicación de forma responsable, mediante la promoción de valores, el aprecio de la vida y de la dignidad humana. Criticó, no obstante, algunos fenómenos contemporáneos como las mentiras en redes sociales o las comunicaciones de insultos y agresividad: "Nos hacen mucho daño porque alteran el orden social y los sentimientos".
"Muchos de los tristes acontecimientos que suceden, han sido alimentados por malos contenidos, las informaciones superficiales, sin fundamento lógico, lo que ha llevado a muchas personas, con una capacidad diferente en el discernimiento, a cometer acciones que atentan contra su dignidad y la de sus semejantes".
Cabrera concluyó con un agradecimiento "a todos aquellos que dedican parte de su trabajo a cubrir las actividades de la Iglesia, compartiendo las buenas noticias y también, cuando es el caso, aquellas situaciones que muestran la debilidad de quienes somos parte de esta familia".