Aguascalientes, Ags.- Ante la invitación clandestina y enmascarada de un evento titulado "Tiempo de Evangelizar" dirigido por un sacerdote católico colombiano en un proceso canónico penal en su diócesis de León, Nicaragua, el obispado de Aguascalientes se deslindó del acto y alertó a la feligresía del intento de manipulación, engaño y división que estos grupos secretos que se aprovechan de la confianza y las necesidades espirituales de los creyentes.
El obispo diocesano, Juan Espinoza, reconoce que el amplio derecho a la libertad religiosa exige el respeto a un límite claro: "No se puede utilizar la fe de las personas con fines lucrativos, usurpando y maquillando sus profundas convicciones religiosas, con la intención de manipular, engañar y dividir bajo el nombre de la fe".
La diócesis asegura que el evento "Tiempo de Evangelizar" es un intento de usar y adulterar a la Iglesia católica y por ello "es un deber de esta autoridad diocesana... advertir a los fieles católicos sobre esta situación preocupante y grave".
COMUNCADO: Diócesis de Aguascalientes- Posicionamiento oficial sobre el evento Tiempo de Evangelizar
El obispado recoge las inquietudes de la feligresía local respecto al evento que, aunque se convoca por el sacerdote Bernardo Moncada, y lleva un nombre propio de la dimensión cristiana, utiliza mecanismos de convocatoria encubiertos y sinuosos:
"Este acto se realizará en un lugar desconocido y de forma clandestina dentro de esta Ciudad de Aguascalientes... la ubicación en que se realizará no es de dominio público pues los organizadores la han ocultado y la revelarán algunos días antes a quienes ya han adquirido su boleto".
En la denuncia, la diócesis se deslinda del evento y recalca que este no puede considerarse un acto católico aunque utilice su título "para confundir y engañar a las personas... es organizado por un llamado sacerdote católico conocido en redes sociales... se realiza al margen y en contra de la Iglesia católica".
El obispado además alerta que Bernardo Moncada está bajo un proceso canónico penal por delitos religiosos como "abuso de conciencia, abuso contra menores de edad, simonía y persistente actitud de rebeldía a su obispo y a cualquier autoridad legítima".
La Iglesia católica local finalmente denuncia que este evento se ha realizado ya en otros sitios de México y que, además de engañar a la gente aprovechándose de sus inquietudes espirituales, se propicia la sugestión de los asistentes mediante supuestas "curaciones milagrosas y expulsión de demonios" realizadas por el ministro a su propio personal de apoyo o staff para revestirlo de "profeta que tiene poderes divinos".
La denuncia también condena la simulación de la celebración de la Santa Misa por no contar con licencia ni autorización del obispo ordinario local para celebrarla; finalmente, se acusa al grupo del religioso de fomentar una piedad Mariana (una veneración a la Virgen María, madre de Dios) que va contra a la Doctrina Católica pues "se le presenta como una anunciadora y portadora de desgracias, siendo ella la única que puede aplacar el castigo divino"