Ciudad de México.- Durante la peregrinación de la diócesis tlaxcalteca a la Basílica de Guadalupe, el obispo de Tlaxcala, Julio César Salcedo Aquino, declaró que "el mal nunca tendrá la última palabra y la luz nunca se extinguirá frente a la oscuridad" mientras existan sacerdotes, religiosas y personas que construyan paz en las comunidades.
Salcedo Aquino anunció ante los miles de fieles peregrinos que "renovarán los métodos y el perfil evangelizador" de la Diócesis de Tlaxcala en el marco del quinto centenario de su fundación en 1525 y en preparación para los 500 años de la aparición de la Virgen de Guadalupe en 1531. Destacó que Tlaxcala es "cuna de la evangelización y de la nación" mexicana.
El obispo describió a la diócesis como "antigua y nueva". Explicó que es "antigua porque fue creada en 1525, hace 500 años" y "nueva porque San Juan XXIII la erigió nuevamente en 1959". Mencionó que buscan "mantener el árbol ligado a las raíces culturales y de fe" durante este proceso de renovación.
Salcedo Aquino llamó a los fieles a contemplar tres elementos antes de concluir el año jubilar: "la peregrinación como redescubrimiento del valor del silencio, la penitencia como reconciliación y la indulgencia como purificación". Instó a replicar la actitud misionera de "las 400 familias tlaxcaltecas que a finales del siglo XVI dejaron sus tierras para evangelizar el norte del país".
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El obispo expresó que los fieles acuden a la Basílica "para recibir la mirada tierna y cercana de Nuestra Señora" que "anima a generar esperanza ante situaciones de dolor, sufrimiento, violencia, muerte". Anunció que Tlaxcala prepara el camino hacia los 500 años guadalupanos con la conmemoración del "martirio de los santos Cristóbal, Antonio y Juan en 2027 y 2029".
Al finalizar la celebración, se entregaron reconocimientos a feligreses que durante 25 y 50 años han participado en esta peregrinación anual a la Basílica de Guadalupe, en una ceremonia que congregó a peregrinos que llegaron a pie, en bicicleta y autobús desde Tlaxcala.

