Ciudad de México.- El núcleo esencial del derecho humano a la libertad religiosa consiste en que todos los hombres han de estar inmunes de coacción, tanto de parte de cualquier potestad humana como de grupos sociales y particulares, afirmó el doctor Raúl González Schmal.
Durante su participación en el encuentro académico: ‘Laicidad abierta y libertad religiosa, una visión contemporánea’, realizado en Palacio de la Escuela de Medicina de la UNAM, González Schmal aseguró que ese derecho humano tiene su fundamento en la dignidad de la persona creyente de cualquier religión como a la no creyente.
“Esto de tal manera que en materia religiosa ni se obligue a nadie a obrar contra su conciencia ni se le impida que actúe conforme a ella en privado y en público, solo o asociado con otros”, refirió el doctor en Derecho Eclesiástico del Estado Mexicano por la Universidad Pontificia de México.
En el contexto del XXX Aniversario del Restablecimiento de Relaciones Diplomáticas entre el Estado Mexicano y la Santa Sede, Raúl González, recordó que la distinción entre los órdenes religioso y temporal constituyó históricamente una aportación del cristianismo, y que al señalarle un límite natural a la competencia del poder se genera la primera libertad, que es la libertad religiosa.
En ese sentido, consideró que el pensamiento moderno concibe al Estado laico como un Estado no confesional, neutro en materia religiosa, incompetente para emitir juicios axiológicos sobre la religión, de laicidad positiva respecto del fenómeno religioso, que asume la distinción del orden espiritual y el temporal como un valor y una conquista irreversible de la civilización, cuya razón de ser es la garantía plena del derecho humano fundamental a la libertad religiosa.
“La laicidad es constitutiva del cristianismo. Pero igualmente debe reconocerse que si bien el principio de libertad religiosa como fundamento remoto y como fermento nace con el cristianismo, en la vida de la Iglesia católica, peregrina a través de las vicisitudes de la historia humana, se ha dado a veces un comportamiento menos conforme con el espíritu evangélico, e incluso contrario a él”, puntualizó.
Detalló que el principio de la separación del Estado y las iglesias en el artículo 130 de la Constitución no se debe entender como una separación absoluta y menos como oposición entre ambas esferas institucionales, pues las dos son medios instrumentales al servicio del hombre.
“La misma persona que es ciudadano del Estado es al mismo tiempo feligrés de su iglesia. Cada una dentro de su ámbito de competencia puede colaborar con la otra, especialmente para unir esfuerzos”, consideró.
Cabe destacar que en el evento participaron el cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado de la Santa Sede; Marcelo Ebrard Casaubón, secretario de Relaciones Exteriores; Además de autoridades de la Conferencia del Episcopado Mexicano y reconocidos académicos.
Raúl González Schmal es Licenciado en Derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México. Maestro en Derecho por la Universidad Iberoamericana. Doctor en Derecho Eclesiástico del Estado Mexicano por la Universidad Pontificia de México. Académico de tiempo completo en la Universidad Iberoamericana. Profesor numerario de Derecho Constitucional y de Derecho Eclesiástico del Estado Mexicano. Autor de diversos trabajos publicados.