Ciudad de México.- En entrevista para el periodista David Ramos de ACI Prensa, el Nuncio Apostólico en México, Franco Coppola, actualizó la cifra de obispos mexicanos que son investigados tanto en México como en el Vaticano por presuntos actos de encubrimiento de ministros de culto acusados de abuso sexual contra menores y de adultos vulnerables. En una primera entrevista concedida en septiembre pasado, el propio representante del Papa en México afirmó que se inviestigaba a ocho miembros del colegio episcopal mexicano, un mes más tarde, la cifra ha ascendido a doce pastores.
Las investigaciones se realizan con base a las normas establecidas por el propio papa Francisco en 'Como una madre amorosa' y 'Vos estis lux mundi' ; y se encuentran en diversas fases de proceso: Mientras que algunos casos aún son estudiados en México, otros ya fueron remitidos al Vaticano.
El papa Francisco firmó el motu propio 'Como una madre amorosa' en 2016 y estableció que la negligencia de los obispos al atender casos de abusos sexuales puede justificar la destitución del prelado que incurrieran en encubrimiento.
Tres años después, en 2019, el Santo Padre publicó Vos estis lux mundi, que establece que cuando las denuncias apunten a obispos católicos, debe ser el arzobispo metropolitano de la provincia eclesiástica a la que pertenece el acusado quien debe estar a cargo de la investigación.
En México hay actualmente 19 provincias eclesiásticas, encabezadas por 19 arquidiócesis, que agrupan a 73 diócesis y cuatro prelaturas territoriales.
Entrevistado por ACI Prensa, Franco Coppola, de 64 años, explicó que “como prevé ‘Como una madre amorosa’, y como hemos visto por las sentencias que se han dado a conocer en el caso de algunos obispos en otros países, la sanción eclesial –en el caso que se establezca que hubo encubrimiento y según el tipo de encubrimiento- puede ir desde la amonestación hasta la remoción del oficio”.
"Lo que me parece importante señalar es que a todas las denuncias recibidas se está dando seguimiento", dijo.
El Nuncio Apostólico en México destacó que en la Iglesia en el país "se han dado pasos importantes" en la lucha para prevenir y combatir los abusos sexuales a manos del clero, “pero hay que seguir en esta dirección con aún mas grande claridad y trasparencia en la actitud de la cero tolerancia”.
"También hay que comenzar a hacerse cargo de una justa reparación del daño a favor de las víctimas", dijo.
"El camino a recorrer para lograr recuperar la confianza, sobre todo de las víctimas, de su entorno y de los no católicos es todavía largo", reconoció.
Coppola destacó que "ha crecido mucho la sensibilidad, la atención y el cuidado para prevenir que estos delitos se repitan".
"En casi todas las diócesis ha sido creada una Comisión de protección de menores que por un lado recibe las denuncias y cuida las víctimas y por otro lado se encarga de difundir en las instituciones y estructuras eclesiásticas la cultura de la prevención", señaló.
"También a nivel de Seminarios hay una mayor atención en cuidar la selección de las admisiones y después la preparación de los seminaristas, de manera que los nuevos sacerdotes sean verdaderos pastores según el corazón de Jesús y no personas con problemas psico-afectivos no resueltos", destacó.
Coppola precisó que "no puedo decir que no hay ya ningún problema, pero reconozco que se ha hecho un gran esfuerzo para ponerse al paso con lo que el Papa Francisco pide a toda la Iglesia".
Reconoció que ha habdo "sensibilidad de muchos obispos y a la valentía de las víctimas que, denunciando, han permitido de darse cuenta de la necesidad de purificar nuestros presbiterios y nuestra manera de actuar".
Consultado sobre qué lleva a los clérigos a cometer abusos sexuales, el Nuncio Apostólico indicó que sin ser un especialista en la materia, su impresión "es que, cuando se trata de abusos a menores o adultos vulnerables, hay un problema grave en el desarrollo de la personalidad del abusador, que busca relaciones asimétricas, que por eso no son de amor sino de poder".
Este problema, subrayó, "no se puede superar solo con la buena voluntad o el propósito de cambiar: se ha visto que, aunque de buena fe el abusador prometa cambiar, termina con reincidir".
Para Coppola, se trata de "un problema psicológico profundo que hay que curar y por esta razón es incompatible con el ejercicio del ministerio sacerdotal... Por otro lado, esto denota también un problema afectivo no resuelto: si nuestro corazón no está lleno y desbordante del amor del Señor, trata llenarse de otra manera".
"Lo más normal y natural es a través de otra persona, adulta como yo, pero hay también maneras no sanas como ahogar el problema en el alcohol o como ejercer de manera antievangélica el poder", señaló.
El Nuncio Apostólico en México, que desde 2019 ha puesto su contacto personal a disposición de las personas que deseen denunciar casos de abusos en la Iglesia, aseguró que le ha impresionado escuchar, de parte de especialistas "los informes sobre los daños cerebrales y psicológicos reportados por las víctimas, a veces hasta por muchos años si no es de por vida".
Tras lamentar que, "sobre todo en los años pasados, había una cierta superficialidad e inconciencia de las consecuencias graves y duraderas de estos abusos", Coppola reconoció que "una primera cosa que hacer es formar e informar a nuestro pueblo, a todos los agentes de pastoral y a todas las personas comprometidas con la Iglesia sobre el cuidado especial que merecen, también de este punto de vista, los niños".
"Por otro lado, hay que cuidar mucho más y mucho mejor la formación humana y espiritual, que es la formación del corazón", resaltó.
En conclusión, el diplomático destacó que los verdaderos pastores deben tener "un corazón que se sienta lleno a desbordar de la parte del Señor y que por eso no sienta la necesidad de ‘robar’ atención, afecto o placer a los demás".
Por el contrario, dijo, un verdadero pastor debe sentir "la necesidad más bien de compartir lo que ha recibido, regalando atención y afecto y haciendo presente con nuestra pobre persona, como es nuestra vocación, al mismo Jesús, a su manera de mirar, de actuar, de hacerse presente con los demás, dando vida y no robándola". (Información David Ramos / ACI Prensa)