Ciudad del Vaticano.- En el marco de la Cumbre Mundial por los Derechos del Niño, el papa Francisco exhortó a proteger a la infancia pues, dijo "los niños son el tesoro más valioso del mundo". Durante su discurso titulado Amémoslos y protejámoslos, pronunciado en la Sala Clementina del Vaticano, el sumo pontífice abordó las consecuencias de la violencia, la guerra y la injusticia sobre los más vulnerables.
"No se puede dejar de mirar a los ojos a los más frágiles y no escuchar sus silencios, gritos y llantos... en realidad, nada vale más que la vida de un niño", dijo el Papa al tiempo que condenó los ataques a la infancia en los conflictos armados: "No es aceptable lo que lamentablemente hemos visto casi a diario en los últimos tiempos: chicos que mueren bajo las bombas, sacrificados a los ídolos del poder, de la ideología y de los intereses nacionalistas".
El papa Francisco recibió a un grupo de niños participantes de la cumbre, quienes le entregaron dibujos y mensajes de agradecimiento por escuchar sus preocupaciones. "Matar a los pequeños es negar el futuro", puntualizó.
El presidente del Comité Pontificio para la Jornada Mundial de la Infancia, el sacerdote Enzo Fortunato, expresó su respaldo al líder de la Iglesia católica y manifestó: "Estamos todos con usted para salvaguardar la más importante reserva de amor, esperanza y vida".
En el contexto de la cumbre, el vicepresidente del Comité Pontificio, Aldo Cagnoli, advirtió sobre las consecuencias de los conflictos armados en la infancia y exhortó a la comunidad internacional a tomar medidas concretas. "Vivimos tiempos de gran agitación, especialmente a causa de las guerras que ven a los niños como víctimas", declaró, e instó a los fieles a "realizar acciones que enorgullezcan al niño que hay en cada uno".
El papa Francisco también hizo referencia a la crisis social que afecta a la juventud y alertó sobre la falta de oportunidades que "aniquilan los sueños". Según datos mencionados en su discurso, actualmente 40 millones de niños han sido desplazados por los conflictos, 100 millones no tienen hogar y 170 millones son víctimas de trabajos forzados, trata, abusos y explotación, incluidos matrimonios forzados.
El sumo pontífice abordó además el impacto del narcotráfico en la infancia y la juventud, denunciando que "la droga los vuelve rehenes de bandas criminales". En este contexto, reiteró la necesidad de generar condiciones que permitan a las nuevas generaciones desarrollarse en un entorno seguro y con acceso a oportunidades reales de crecimiento.
La cumbre concluyó con un llamado del papa Francisco a la comunidad internacional para priorizar la protección de la infancia y erradicar las situaciones de violencia y exclusión que afectan a millones de niños en el mundo.