Ciudad del Vaticano.- En el primer encuentro oficial entre los obispos de la Iglesia mexicana y el 267 sucesor de San Pedro; el papa León XIV pidió a los obispos de México “mantener una Iglesia unida” y “caminar juntos en los desafíos" que atraviesa el país.
La solicitud se realizó durante la audiencia privada que el pontífice sostuvo con el Consejo de Presidencia de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), en el marco de su visita oficial a la Santa Sede del 17 al 19 de septiembre pasados.
El obispo Héctor Mario Pérez Villarreal, secretario general del episcopado, relató a los informativos oficiales del Vaticano que el encuentro fue cordial y atendo: "El Papa fue muy empático al mostrarse cercano a nosotros... Nos puso atención mientras le platicábamos sobre todas las realidades del país", dijo. Y, tras escucharlos, la principal instrucción del Santo Padre fue clara: mantener la cohesión eclesial.
El obispo de Cuernavaca y presidente de la CEM, Ramón Castro Castro, encabezó la delegación episcopal conformada también por el arzobispo de León, Jaime Calderón Calderón; el obispo de Ciudad Obregón, Felipe Pozos Lorenzini; el obispo de Ciudad Valles, Roberto Yenny García; y el propio obispo auxiliar de México, Héctor Mario Pérez. Los pastores mexicanos hicieron entrega de varios obsequios al Papa Prevost entre los que destacaron un platón de porcelana con incrustaciones de plata, un gabán y una artesanía en cerámica, todas con la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe.
La visita de los obispos mexicanos al Vaticano incluyó reuniones en once dicasterios pontificios; sin embargo, como compartió Pérez Villarreal en nombre de sus hermanos obispos: "El encuentro principal y más motivante fue con el Santo Padre. Él nos invitó sobre todo a caminar juntos".
En la reunión que "para no abusar" del tiempo del pontífice duró 30 minutos, los obispos mexicanos compartieron con León XIV algunos aspectos de la compleja situación de la nación: "México está pasando por unas situaciones complicadas en cuanto a seguridad", reconoció el también vocero del Episcopado mexicano y dijo que enumeraron los retos sociales como el acompañamiento a los jóvenes, las ideologías, la inteligencia artificial, la migración y la falta de trabajo.
Frente a este escenario, los obispos aseguraron que recibieron del Papa un renovado impulso al compromiso, especialmente en lo referente a la dedicación pastoral y el acompañamiento a las poblaciones en necesidad.
Ante la Radio Vaticana, el obispo Pérez Villarreal aseguró que en México, a pesar de las dificultades, "ningún sacerdote deja de ir a una comunidad por la cuestión de seguridad, ninguna religiosa deja de servir en los colegios a pesar de las dificultades". Por ello, aseguró que ante el Papa, los obispos reiteraron su opción por ser "una Iglesia comprometida con las personas, caminando con el pueblo, una iglesia con esperanza".
Al Santo Padre también se le compartió el proceso del Proyecto Global de Pastoral 2031+2033 (PGP) que emprendió la Iglesia mexicana después de la visita del papa Francisco al país en 2016 y que, una vez aprobado en 2018 ha intentado ser la pauta de orientación y acción de opciones pastorales:
“El PGP le da cohesión a toda nuestra acción evangelizadora", reconocieron. Los obispos también presentaron al Papa los esfuerzos del Diálogo Nacional por la Paz, definidos como "un horizonte de esperanza". Sobre esta iniciativa, los obispos aseguran que, a través de la unidad y la constancia, la Iglesia en México llevará "una semilla de esperanza a muchas personas".
La delegación mexicana consideró que la visita “sin duda alienta nuestro corazón, motiva nuestro caminar”. El balance final del obispo Pérez subrayó el carácter positivo del encuentro: “fue encuentro, fue comunión, fue también empatía y amistad”. La experiencia sienta las bases para la aplicación de las líneas guía recibidas del Papa y la Curia Romana.