Orizaba, Veracruz.- Luego de que las torrenciales lluvias que han azotado la zona de las Altas Montañas de Veracruz dejaran a cientos de familias damnificadas, la Iglesia católica local ha establecido los protocolos de asistencia humanitaria y gestión de centros de acopio para solidarizarse con la población afectada.
Medios locales reportan afectaciones graves por inundaciones y derrumbes en los municipios de Acultzingo, Zongolica, Mixtla de Altamirano y otras localidades de difícil acceso en la región serrana. Al respecto, el vocero de la Diócesis de Orizaba, Helkyn Enríquez Báez, explicó a los medios que la iglesia diocesana y sus diferentes organismos de acción social han comenzado a movilizarse para auxiliar en la emergencia.
"Ante esto [las inundaciones y afectaciones] toca por un lado y de modo urgente manifestar una actitud de solidaridad para los damnificados, para las personas que han sido afectadas" pero también poner en marcha los protocolos de la Iglesia católica de asistencia social.
Enríquez explicó que la Iglesia católica, a través de la fundación Cáritas, ya ha convocado a las parroquias a instalar centros de acopio donde la gente pueda aportar apoyos y víveres para entregar a las familias afectada.
A la par de la asistencia de emergencia, el vocero considera que las autoridades de la entidad también deben atender situaciones que pueden estar agravando las consecuencias de las lluvias de temporada:
"Sabemos que, si bien es cierto que un fenómeno natural no se puede contener, también sabemos que las inundaciones pueden ser consecuencia de la tala inmoderada, de la deforestación salvaje que hay en algunas zonas y que hace que los aludes, los deslaves, barrancadas se incremente", denunció.
Por ello, Enríquez solicitó que las autoridades civiles atiendan integralmente los efectos del cambio climático y la depredación del ambiente, junto con la actualización de medidas de prevención, por ejemplo, a través de las autoridades de Protección Civil de los distintos municipios: "revisando las condiciones de los lugares donde viven las personas. Y por otro lado, implementando acciones de reforestación en las zonas perjudicadas por la tala".
El sacerdote reflexionó además sobre el crecimiento urbano y los proyectos habitacionales, insistió en que las autoridades deben evitar que los ciudadanos se asienten en zonas de riesgo: "Los municipios deben atender a través de las instituciones que se encargan de ello, las necesidades de la población y nosotros como Iglesia y como comunidad, nos solidarizamos de modo efectivo con los centros de acopio que se van estableciendo en las parroquias organizadas por Cáritas Diocesana", concluyó.