León, Guanajuato.- Tras la pasada decisión del Congreso de Guanajuato de rechazar una propuesta para favorecer la terminación de la vida humana en el vientre materno, el arzobispo de León, Jaime Calderón Calderón, hizo un enérgico llamado a la comunidad para ofrecer respuestas a necesidades reales y concretas de mujeres con embarazos inesperados o en condición de vulnerabilidad y pidió "no ser indiferentes ante cualquier amenaza contra la vida, así como contra la dignidad y la maternidad de la mujer".
En un comunicado emitido luego de la votación legislativa del jueves, el prelado reafirmó la postura de la Iglesia Católica sobre la defensa de la vida humana:
"La vida humana debe ser respetada y protegida de manera absoluta desde el momento de la concepción hasta la muerte. Desde el primer instante de su existencia, al ser humano se le deben reconocer sus derechos como persona, entre los cuales está el derecho inviolable a la vida".
Calderón Calderón subrayó que, pese al resultado favorable a sus postulados, persiste un desafío crucial:
"Nos queda un largo camino en la defensa de la dignidad de la persona [...] en el que se reconozcan y protejan los derechos e igualdad de todas las personas, en especial de la mujer, y en el que se asegure en todo momento su integridad y seguridad".
El arzobispo calificó la posible legalización del aborto como "el atentado más grave a la vida" y enfatizó la responsabilidad de los cristianos: "Como cristianos, con sentido profundo del valor de la vida, tenemos una fundada convicción [de respeto a la vida]".
Reconociendo la complejidad del contexto social, Calderón Calderón insistió en la urgencia de proteger a los más vulnerables:
"Estamos viviendo una realidad ante la cual no podemos quedar ajenos [...] nos deja una gran tarea por delante en continuar defendiendo la vida de los más indefensos e inocentes".
El arzobispo concluyó reafirmando el carácter sagrado de la vida y el compromiso institucional para defenderla, en un debate que continúa polarizando a la sociedad guanajuatense.