Puerto de Veracruz, Veracruz.- El obispo Carlos Briseño Arch, pastor del puerto veracruzano, manifestó su preocupación y lamentó el aumento significativo de robos perpetrados contra iglesias católicas en diversas localidades de la jurisdicción diocesana durante las últimas semanas.
El obispo señaló que estos incidentes son constantes. Citó el caso más reciente sobre el hurto de una campana ocurrido el pasado lunes en la parroquia de San Judas Tadeo, ubicada en el fraccionamiento La Tampiquera de Boca del Río. Según los reportes, un vehículo con tres varones y una mujer se detuvo bajo el campanario, sujetaron la campana y con un soplete removieron las cadenas que soportaban el objeto. En otra ocasión, la sede del Obispado fue blanco de un robo, donde sustrajeron el medidor de energía eléctrica.
“Ha habido mucho, mucho en las iglesias, no solamente la campana… no pasa una semana sin que haya algún robo en alguna iglesia”, afirmó Briseño Arch durante sus declaraciones. Aclaró que si bien no sucede diariamente, la frecuencia en las últimas semanas es alarmante, afectando a “diferentes lugares de la diócesis, no solamente del puerto de Veracruz".
Según la percepción de Briseño Arch, los responsables de estos delitos serían principalmente jóvenes que buscan objetos de valor, como metales (especialmente cobre), para venderlos y obtener dinero destinado a la compra de sustancias ilícitas.
“Muchas veces obedece a estos muchachos que andan tras la droga, están desesperados, que buscan en la iglesia a ver si encuentran algún veinte, alguna cosa o cobre; en la curia, en la calle arrancaron el medidor para buscar cobre, ese es el tipo de gente, el perfil de gente”, explicó.
Apenas el 5 de mayo pasado, la parroquia de Nuestra Señora del Carmen en Orizaba denunció el robo de una escalera de extensión de metal captado por las cámaras de seguridad del templo. El fenómeno evidencia en parte la falta de respeto a los templos sagrados pero, según se informa, no hay una intención manifiesta antirreligiosa ni anticatólica; sólo el irrespeto a los sitios sagrados para hurtar bienes simples para vender e intercambiar.
Briseño Arch detalló que durante el presente año se han registrado robos en templos de municipios como Tierra Blanca, Alvarado y el ya mencionado caso en Boca del Río. Ante esta ola delictiva, el obispado precisó que ha interpuesto las denuncias correspondientes ante las autoridades competentes, buscando una respuesta para frenar estos ataques a los recintos religiosos.
El incremento de estos hechos ha encendido las alarmas entre las comunidades parroquiales, generando preocupación por la seguridad de sus bienes y espacios sagrados. De hecho, en algunas localidades se han modificado los horarios de apertura del templo o se mantienen cerrados por horarios más prolongados para evitar más hurtos.