Ciudad de México.- Bajo el brillante sol de noviembre y las sordas percusiones de danzantes tepanecas fue erigida canónicamente la Diócesis de Azcapotzalco. En la fundación de la nueva iglesia particular fue elevado a recinto catedralicio el templo de los Santos Apóstoles Felipe y Santiago y nombrado a Miguel Adolfo Castaño Fonseca como su primer obispo cuyas palabras explicaban el acontecimiento: “Dios nos concede ver un nuevo amanecer en nuestra historia de salvación… con paso firme y decidido a servir al Señor con absoluta libertad, en la tierra prometida, queremos ser un pueblo en marcha”.
En representación del papa Francisco, el nuncio apostólico en México, Franco Coppola, aseguró al pueblo asentado en el nuevo territorio diocesano que este acontecimiento histórico sería conmemorado en 25, 50 y hasta 100 años en el futuro. “Nos corresponde empezar a transitar a través de estas coordenadas de tiempo y espacio”, apuntó el obispo Castañeda.
Ante los cardenales Carlos Aguiar Retes y Norberto Rivera Carrera, arzobispo y arzobispo emérito de México, así como una veintena de obispos mexicanos, más de doscientos sacerdotes y cerca de tres mil feligreses, el obispo Castaño Fonseca realizó la profesión de fe y juramento de fidelidad al pontífice romano.
Posteriormente, en su primera homilía como obispo diocesano, Adolfo Castaño animó a su nueva grey a ser una Iglesia en marcha, una comunidad unida e inspirada en el servicio humilde para enfrentar los desafíos contemporáneos: “Estamos dispuestos de enfrentar escenarios hostiles no sólo a la religión sino a la humanidad misma”
“Deseamos verter el agua viva de la fe en las grietas abiertas de tantos yermos sedientos por la aridez de su propia miseria. Queremos infundir el oxígeno fresco de la palabra divina en el mundo que se ahoga entre densos y oscuros nubarrones, provocados por las infectas poluciones que genera su propia descomposición”, exclamó.
En su mensaje, animó a derribar muros de separación y tender puentes de unidad, a fortalecer lazos de concordia y fraternidad humana: “Conocemos los retos que implica ser Iglesia sinodal en marcha… que se suma y construye… humilde, caritativa y servidora. En su nombre, bajo el dinamismo del Paráclito, iniciamos este camino diocesano, primavera y Kairós de nuestra historia de salvación”.
“Iniciamos hoy esta travesía con fe firme y esperanza renovada. En su nombre, cual intrépidos marinos, llevaremos nuestra barca mar adentro y lanzaremos nuestras redes, sin temor a las agitadas aguas de procelosos mares”, concluyó.
Al finalizar la celebración, el obispo Castaño instruyó los nombramientos del Vicario General, la Secretaria Canciller, el Vicario de Pastoral, Ecónomo Diocesano y tres vicarios episcopales que realizarán la reestructuración de la nueva diócesis. Ya en el interior del claustro de la Catedral, el nuevo obispo diocesano junto al nuncio, el arzobispo metropolitano y el alcalde de Azcapotzalco, Vidal Llerenas, develó la placa conmemorativa de la erección canónica de la nueva diócesis.
Azcapotzalco abraza a los pueblos originarios tepanecas evangelizados en el siglo XVI por frailes misioneros; los antecedentes arquitectónicos de la hoy Catedral de Azcapotzalco fueron levantados en 1528-1529 y su edificio actual data de 1702. En su interior se encuentra la famosa Capilla del Rosario. En la historia de México, la Catedral fe convento, escuela, cuartel y en su atrio se libró la última batalla de la Guerra de Independencia.